El poder de Satanás | Joyas de los Testimonios 1


 

El hombre caído es el cautivo legítimo de Satanás. La misión de Cristo consistió en rescatarlo del poder de su gran adversario. El hombre se inclina por naturaleza a seguir las sugestiones de Satanás, y no puede resistir con éxito a un enemigo tan terrible, a menos que Cristo, el poderoso Conquistador, more en él, guíe sus deseos y le fortalezca. Dios solo puede limitar el poder de Satanás. Este va de aquí para allá por la tierra, recorriéndola de un lado al otro. Ni por un solo instante está desprevenido, por temor a perder una oportunidad de destruir las almas. Es importante que los hijos de Dios entiendan esto a fin de poder evitar sus trampas. {1JT 117.1}

Satanás está preparando sus engaños, para que en su última campaña contra el pueblo de Dios, éste no entienda que se trata de él. “Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se transfigura en ángel de luz.” 2 Corintios 11:14. Mientras que algunas almas engañadas sostienen que él no existe, las está llevando cautivas y trabaja extensamente por su medio. Satanás conoce mejor que los hijos de Dios el poder que ellos pueden tener sobre él cuando su fuerza está en Cristo. Cuando el más débil creyente en la verdad solicita humildemente ayuda al poderoso Conquistador, confiando firmemente en Cristo, puede repeler con éxito a Satanás y toda su hueste. El es demasiado astuto para presentar abierta y audazmente sus tentaciones, porque entonces se despertarían las soñolientas energías del cristiano, y éste confiaría en el poderoso Libertador. Pero se presenta inadvertido, y obra por engaño mediante los hijos de desobediencia que profesan la piedad. {1JT 117.2}

Satanás recurrirá a todo su poder para acosar, tentar y desviar al pueblo de Dios. El que se atrevió a enfrentarse con nuestro Señor para tentarlo y desafiarlo, y que tuvo poder para tomarlo en sus brazos y llevarlo al pináculo del templo, y hasta la cumbre de una altísima montaña ejercerá su poder hasta un grado asombroso sobre la presente generación, que dista mucho de tener la sabiduría de su Señor, y que ignora casi completamente la sutileza y fuerza de Satanás. De manera maravillosa afectará el cuerpo de los que están por naturaleza inclinados a hacer su voluntad. Satanás se regocija cuando se lo considera como un mito. Cuando es objeto de burlas y representado por alguna ilustración infantil, o como algún animal, ello le conviene perfectamente. Como se le cree tan inferior, las mentes humanas están completamente desprevenidas ante sus planes sabiamente trazados, y él tiene casi siempre éxito. Si su poder y sutileza fuesen comprendidos, muchos estarían preparados para resistirle victoriosamente. {1JT 117.3}

Todos debieran entender que Satanás fué una vez un ángel muy exaltado. Su rebelión hizo que fuera echado del cielo, pero no destruyó sus facultades ni hizo de él una bestia. Desde su caída volvió su poderosa fuerza contra el gobierno del cielo. Se ha estado volviendo más astuto, y ha aprendido de qué manera puede triunfar más completamente al presentar sus tentaciones a los hijos de los hombres. {1JT 118.1}

 

Los engaños de Satanás

 

Satanás ha inventado fábulas a fin de engañar. Principió en el cielo a guerrear contra el fundamento del gobierno de Dios, y desde su caída ha persistido en su rebelión contra la ley de Dios, y ha inducido a la mayoría de los que profesan el cristianismo a hollar el cuarto mandamiento, que presenta al Dios viviente. Arrancó el sábado original del Decálogo, y puso en su lugar uno de los días hábiles de la semana. {1JT 118.2}

La gran mentira original que le dijo a Eva en el Edén: “De seguro que no moriréis” (Génesis 3:4, VM), fué el primer sermón que se predicó sobre la inmortalidad del alma. Fué coronado de éxito, y le siguieron resultados desastrosos. Satanás ha logrado que muchas mentes acepten ese sermón como si fuera verdad, y los predicadores lo proclaman, lo cantan y lo mencionan en sus oraciones. {1JT 118.3}

Se están popularizando rápidamente las fábulas de que el diablo no existe y de que habrá un tiempo de prueba después de la venida de Cristo. Las Escrituras aseveran claramente que el destino de toda persona quedará fijado para siempre al momento de la venida del Señor. “El que es injusto, sea injusto todavía: y el que es sucio, ensúciese todavía: y el que es justo, sea todavía justificado: y el santo sea santificado todavía. Y he aquí, yo vengo presto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según fuere su obra.” Apocalipsis 22:11, 12. {1JT 119.1}

Satanás se ha aprovechado de las fábulas populares para ocultarse. Se presenta a los pobres y engañados mortales mediante el espiritismo moderno, el cual no impone limitaciones a los de ánimo carnal, y cuando se sigue, separa las familias, crea celos y odio, y concede libertad a las más degradantes propensiones. El mundo sabe muy poco todavía de la influencia corruptora del espiritismo. Se levantó el telón, y se me reveló gran parte de su obra devastadora. Vi a algunas personas que habían tenido experiencia en el espiritismo, y renunciado después a él, que se estremecen al considerar cuán cerca se hallaron de la ruina completa. Habían perdido el dominio propio, y Satanás las obligaba a hacer lo que detestaban. Pero aun dichas personas tienen tan sólo una débil idea de lo que es el espiritismo. Los ministros inspirados por Satanás pueden revestir con elocuencia este monstruo abominable, ocultar su deformidad y hacerlo aparecer hermoso ante muchos. Pero proviene tan directamente de su majestad satánica, que él sostiene tener el derecho de dominar a cuantos tengan algo que ver con él, porque se han aventurado sobre terreno prohibido y han perdido todo derecho a ser protegidos por su Hacedor. {1JT 119.2}

Algunas pobres almas, fascinadas por las palabras elocuentes de los maestros del espiritismo, se entregan a su influencia; más tarde descubren su carácter mortífero y quisieran renunciar a él y huir, pero no pueden. Satanás las retiene por su poder, y no quiere dejarlas en libertad. El sabe que le pertenecen seguramente mientras se hallan bajo su dominio especial, pero que una vez libres de su poder, nunca las podría inducir a creer ya en el espiritismo, ni a colocarse tan directamente bajo su dominio. La única manera en que estas pobres almas pueden vencer a Satanás, consiste en discernir entre la pura verdad de la Biblia y las fábulas. Al reconocer las exigencias de la verdad, se sitúan donde pueden ser ayudadas. Debieran rogar a aquellos que han tenido experiencia religiosa, y tienen fe en las promesas de Dios, que intercedan en su favor ante el poderoso Libertador. Ello representará un conflicto reñido. Satanás reforzará su contingente de ángeles malos que han dominado a estas personas; pero si los santos de Dios, con profunda humildad, oran y ayunan, sus oraciones prevalecerán. Jesús comisionará a ángeles santos para resistir a Satanás, y éste será ahuyentado y su poder sobre los afligidos, quebrantado. “Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno.” Marcos 9:29. {1JT 119.3}

 

La palabra de Dios nos protege

 

Los predicadores populares no pueden resistir con éxito al espiritismo. No tienen nada con que proteger a sus rebaños de su influencia nefasta. Gran parte de los tristes resultados del espiritismo recaerá sobre los ministros de esta época, porque han pisoteado la verdad, y preferido las fábulas. El sermón que Satanás predicó a Eva con referencia a la inmortalidad del alma: “No moriréis,” lo han reiterado desde el púlpito, y la gente lo recibe como pura verdad bíblica. Tal es el fundamento del espiritismo. En ninguna parte enseña la Palabra de Dios que el hombre es inmortal. La inmortalidad es atributo de Dios únicamente, “quien sólo tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver: al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.” 1 Timoteo 6:16. {1JT 120.1}

La Palabra de Dios, debidamente comprendida y aplicada, es una salvaguardia contra el espiritismo. La teoría de un infierno que arde eternamente, predicada desde el púlpito, y presentada constantemente a la gente, representa una injusticia para el carácter benevolente de Dios. Le presenta como el mayor tirano del universo. Este difundido dogma ha hecho volver a millares hacia el universalismo, la incredulidad y el ateísmo. La Palabra de Dios es clara. Es una recta cadena de verdad, y resultará un ancla para aquellos que estén dispuestos a recibirla, aun cuando hayan de sacrificar sus apreciadas fábulas. Ella los salvará de los terribles engaños de estos tiempos peligrosos. Satanás ha inducido a los predicadores de las diferentes iglesias a aferrarse tenazmente a sus errores populares, como indujo a los judíos a aferrarse en su ceguera a sus sacrificios y a crucificar a Cristo. El rechazamiento de la luz y la verdad deja a los hombres cautivos, sujetos a los engaños de Satanás. Cuanto mayor es la luz que rechazan, tanto mayor será el poder del engaño y de las tinieblas que los sobrecogerán. {1JT 121.1}

Me fué mostrado que el verdadero pueblo de Dios es la sal de la tierra y la luz del mundo. Dios requiere de él que progrese continuamente en el conocimiento de la verdad, y en el camino de santidad. Entonces comprenderá cómo llega Satanás y con la fuerza de Jesús, le resistirá. Satanás llamará en su ayuda legiones de sus ángeles para oponerse a los progresos hasta de un alma, y si posible fuese, la arrebataría de las manos de Cristo. {1JT 121.2}

 

La contienda por las almas

 

Vi a los malos ángeles contender por las almas, y a los ángeles de Dios resistirles. El conflicto era intenso. Los malos ángeles estaban corrompiendo la atmósfera con su influencia venenosa, y se cernían en tropel alrededor de aquellas almas para entumecer su sensibilidad. Los ángeles santos estaban mirando con ansiedad, y esperando para rechazar las huestes de Satanás. Pero no es obra de los ángeles buenos dominar las mentes de los hombres contra su voluntad. Si ellos se entregan al enemigo y no hacen esfuerzo para resistirle, entonces los ángeles de Dios no pueden hacer mucho más que mantener en jaque a la hueste de Satanás, para que no destruya a los que están en peligro, hasta que se les haya dado mayor luz con el fin de despertarlos y hacerlos mirar al Cielo en procura de ayuda. Jesús no comisionará a los ángeles santos para que libren a los que no se esfuerzan por ayudarse a sí mismos. {1JT 121.3}

Si Satanás ve que corre peligro de perder a un alma, hace cuanto puede para conservarla. Y cuando la persona llega a darse cuenta del peligro que corre, y con angustia y fervor busca fortaleza en Jesús, Satanás teme perder un cautivo, y llama un refuerzo de sus ángeles para rodear a la pobre alma y formar una muralla de tinieblas en derredor de ella con el propósito de que la luz del cielo no la alcance. Pero si el que está en peligro persevera, y en su impotencia se aferra a los méritos de la sangre de Cristo, nuestro Salvador escucha la ferviente oración de fe, y envía refuerzos de ángeles poderosos en fortaleza para que lo libren.{1JT 122.1}

Satanás no puede soportar que se recurra a su poderoso rival, porque teme y tiembla ante su fuerza y majestad. Al sonido de la oración ferviente, toda la hueste de Satanás tiembla. El continúa llamando legiones de malos ángeles, para lograr su objeto. Cuando los ángeles todopoderosos, revestidos de la armadura del cielo, acuden en auxilio del alma perseguida y desfalleciente, Satanás y su hueste retroceden, sabiendo perfectamente que han perdido la batalla. Los voluntarios súbditos de Satanás son fieles, activos y unidos en un propósito, y aunque se aborrecen y se hacen guerra mutuamente, aprovechan toda oportunidad para fomentar su interés común. Pero el gran General del cielo y de la tierra ha limitado el poder de Satanás. {1JT 122.2}

Lo que he experimentado ha sido singular, y durante años he sufrido pruebas mentales peculiares. La condición del pueblo de Dios y mi relación con la obra de Dios, me han abrumado a menudo con un peso de tristeza y desaliento indecible. Durante años, he considerado al sepulcro como un dulce lugar de reposo. En mi última visión, pregunté a mi ángel acompañante por qué se me dejaba sufrir tal perplejidad mental, y por qué era tan a menudo arrojada al terreno de batalla de Satanás. Rogué que si había de estar tan íntimamente relacionada con la causa de la verdad, fuese librada de estas pruebas severas. Hay poder y fuerza en los ángeles de Dios, y yo rogué que ellos me escudasen. {1JT 122.3}

Entonces se me presentó nuestra vida pasada, y se me mostró que Satanás había tratado de varias maneras de destruir nuestra utilidad; que muchas veces había hecho sus planes para apartarnos de la obra de Dios; se había presentado de diferentes maneras y por medio de diversos expedientes, para lograr sus propósitos; pero el ministerio de los santos ángeles le había derrotado. Vi que, en nuestros viajes de lugar en lugar, con frecuencia había colocado a sus malos ángeles en nuestra senda para causar un accidente que nos ocasionase la muerte; pero los santos ángeles fueron enviados al lugar para librarnos. Diversos accidentes nos pusieron a mi esposo y a mí misma en grave peligro, y nuestra salvación ha sido maravillosa. Vi que habíamos sido objeto especial de los ataques de Satanás, por causa de nuestro interés en la obra de Dios y nuestra relación con ella; y al ver el gran cuidado que Dios ejerce en todo momento en favor de quienes le aman y le temen cobré confianza en Dios, y me sentí reprendida por mi falta de fe. {1JT 123.1}

*****

Mediante la manifestación de un poder sobrenatural, al utilizar a la serpiente como agente suyo, Satanás hizo caer a Adán y Eva en el Edén. Antes que termine el tiempo realizará prodigios aun mayores. Hasta donde alcance su poder, realizará verdaderos milagros. Dice la Escritura: “Engaña a los moradores de la tierra por las señales que le ha sido dado hacer” (Apocalipsis 13:14); no simplemente por lo que pretende hacer. En este pasaje se presenta algo más que imposturas. Pero hay un límite que Satanás no puede superar; y entonces recurre al engaño y falsifica la obra que no puede realizar en verdad. En los postreros días se presentará de tal manera que hará creer a los hombres que es Cristo venido por segunda vez al mundo. Se transformará en verdad en un ángel de luz. Pero, aunque tenga la apariencia de Cristo en todo detalle exterior, no engañará sino a aquellos que, como el antiguo Faraón, procuran resistir a la verdad.* {1JT 123.2}

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