Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado.(Daniel 8:14)

Hay un fuerte vínculo entre Daniel 8:14 y Daniel 9:24 al 27, considerada por mucho tiempo como una poderosa profecía que señala la venida del Mesías, Jesús.pero entendida después como el inicio del juicio previo al advenimiento del Mesías .

Lee Daniel 9:24 al 27. ¿Qué sucede en estos versículos? ¿Cómo se vincula esto con Daniel 8:14?

Aunque la palabra “visión” (jazón) se refiere a toda la profecía de Daniel 8, otra palabra, traducida como “visión” señala específicamente a la “visión [maréh] de las tardes y mañanas” (Dan. 8:26). Es esta maréh, la de los 2.300 días, la que Daniel no entendió (Dan. 8:27). El ángel le explicó todo lo demás.

Varios años más tarde, el mismo ángel, Gabriel, le apareció a Daniel para darle un mensaje de modo que pudiera entender la visión (maréh) de los 2.300 días (Dan. 9:23). La profecía de las setenta semanas en esos versículos nos ayuda a comprender el elemento del tiempo profético de Daniel 8:14. Es el verbo “determinadas” al comienzo de Daniel 9:24, que se traduce mejor por “asignadas” o “cortadas”, que sugiere específicamente que las setenta semanas componen una parte del período más largo de 2.300 días. Así, la profecía de las setenta semanas es “cortada” de la profecía más grande de 2.300 días de Daniel 8:14. Esto nos da el punto de partida para el período profético descrito en Daniel 8:14 (ver el estudio de mañana para más detalles).

En Daniel 9:24 al 27, el comienzo de las setenta semanas está marcado “desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén” (Dan. 9:25). El libro de Esdras informa de tres decretos que se refieren a Jerusalén y el Templo, pero solo el tercero, informado en Esdras 7:12 al 26, es el más efectivo. El rey persa Artajerjes I emitió el decreto en 457 a. C., e involucró tanto la reconstrucción del Templo como la redificación de Jerusalén como un centro político y administrativo (Esd. 7:25, 26). En la Biblia solo este decreto es seguido por gratitud y alabanzas a Dios por influir sobre el rey (Esd. 7:27, 28). Además, solo con 457 a. C. como punto de partida, las setenta semanas (es decir, los 490 años) llegan al tiempo de Cristo, el “Mesías Príncipe” de Daniel 9:25-27. De este modo, la profecía de las setenta semanas proporciona la fecha precisa para el comienzo de las 2.300 tardes y mañanas. Comienzan en 457 a. C. y terminan después de 2.300 años en 1844 d. C.

Lee, en El conflicto de los siglos, los capítulos “El templo de Dios”, pp. 461-475, y “Jesucristo, nuestro Abogado”, pp. 476-485.

(CBA Editado por Rafael Díaz )

Spread the love
  •  
  •  
  •  
  •  
  •  
  •  
  •  
  •  
  •  

Comentarios

Comentarios

Category:

Mensajes

Deja un comentario

1 Comment

  • ROBERTO MEANA 8 años ago

    me gustaria tener siempre material disponible,estoy empezando a dar estudios