Vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. Apocalipsis 18:1.

Pronto se cumplirán las profecías del capítulo decimoctavo del Apocalipsis. Durante la proclamación del mensaje del tercer ángel “otro ángel” descenderá “del cielo con gran poder; y la tierra” será “alumbrada con su gloria”. El Espíritu del Señor bendecirá tan abundantemente a los instrumentos humanos consagrados, que hombres, mujeres y niños abrirán sus labios en alabanza y acción de gracias, llenando la tierra con el conocimiento de Dios y con su insuperable gloria como las aguas cubren el mar.

Los que hayan permanecido firmes en la fe desde el comienzo hasta el fin, seguirán siendo vigilantes durante el tiempo en que el mensaje del tercer ángel se proclame con gran poder. Durante el fuerte clamor, ayudada por la intervención providencial de su exaltado Señor, la iglesia difundirá el conocimiento de la salvación en una forma tan extensa que la luz será transmitida a cada ciudad y pueblo. La tierra será inundada con el conocimiento de la salvación. El Espíritu de Dios, en su acción renovadora, coronará con un éxito tan rotundo la intensa actividad de sus agentes, que el resplandor de la luz de la verdad presente será visto en todas partes.—The Review and Herald, 13 de octubre de 1904.

Habrá una serie de acontecimientos que tendrán por objeto mostrar que Dios domina la situación. La verdad será proclamada en un lenguaje claro e inequívoco. A nosotros, como pueblo, nos incumbe preparar el camino del Señor bajo la dirección de su Espíritu Santo. El evangelio debe ser dado en su pureza. El raudal de aguas vivas debe profundizar y ensanchar su curso. En todos los campos, cercanos y lejanos, habrá hombres que serán llamados a dejar el arado y los negocios que ocupan de costumbre el pensamiento, para prepararse junto a hombres de experiencia. A medida que aprendan a trabajar con éxito, anunciarán la verdad con poder. Merced a las maravillosas operaciones de la Providencia divina, montañas de dificultades serán removidas y arrojadas al mar. El mensaje, que tanto significa para todos los habitantes de la tierra, será oído y comprendido. Los hombres verán dónde está la verdad. La obra progresará más y más hasta que la tierra entera sea amonestada; y entonces vendrá el final.—Joyas de los Testimonios 3:332.

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