El que dice que está en él, debe andar como él anduvo. 1 Juan 2:6.
“Tenemos ante nosotros al más santo y sublime ejemplo. Jesús fue sin tacha, tanto en pensamiento, como en palabra y acción.
Todos sus actos fueron perfectos. Nos muestra el camino que él recorrió, y nos dice: ‘Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.’” Mateo 16:24.—The Review and Herald, 26 de abril de 1906.
“Cristo reúne en su persona la perfección y santidad de la divinidad y la perfección y santidad de su humanidad sin pecado.
Él tuvo que afrontar las mismas tentaciones por las cuales Adán fue reprobado, y las venció porque su humanidad se apoyaba en el poder divino. Los cristianos de hoy se fijan ideales demasiado bajos. Se contentan con una experiencia espiritual muy superficial, y por lo tanto sólo perciben la luz en forma difusa, cuando podrían discernir con tanta más exactitud la maravillosa perfección de la humanidad de Cristo. La vida de Cristo es una manifestación de lo que la humanidad caída podría llegar a ser mediante una comunión más estrecha con la naturaleza divina….
“Los hombres y mujeres inventan toda clase de excusas por su propensión al pecado. Hacen del pecado una necesidad, algo que no se puede vencer. Pero el pecado no es una necesidad. Cristo estuvo en este mundo desde su infancia hasta la madurez, y en ese tiempo afrontó y venció todas las tentaciones que asedian al hombre. Es un modelo perfecto para la niñez, juventud, y madurez.”—Manuscrito 31, 1911.
Deja un comentario