CUANDO DIOS DIJO ACUÉRDATE
8 Te acordarás del día sábado, para santificarlo.(Ex.20:8 Reyna Valera Gómez)
Esta palabra no hace más importante al cuarto mandamiento que a los otros nueve. Todos lo son igualmente. Quebrantar uno, es quebrantarlos todos (Sant. 2: 8-11).
Pero el mandamiento del día de reposo nos recuerda que el séptimo día, el sábado, es el descanso señalado por Dios para el hombre, y que ese reposo se remonta hasta el mismo comienzo de la historia humana y es una parte inseparable de la semana de la creación (Gén. 2: 1-3; PP 348). Carece por completo de base el argumento de que el sábado fue dado al hombre por primera vez en el Sinaí. (Mar. 2: 27; PP 66, 67, 263).
En un sentido personal, el sábado se presenta como un recordativo de que en medio de los afanes apremiantes de la vida no debiéramos olvidar a Dios. Entrar plenamente en el espíritu del sábado es hallar una valiosa ayuda para obedecer el resto del Decálogo. La atención especial y la dedicación dadas, en este día de descanso, a Dios y a las cosas de valor eterno, proveen un caudal de poder para obtener la victoria sobre los males contra los cuales se nos advierte en los otros mandamientos. El sábado ha sido bien comparado a un puente tendido a través de las agitadas aguas de la vida sobre el cual podemos pasar para llegar a la orilla opuesta, a un eslabón entre la tierra y el cielo, un símbolo del día eterno cuando los que sean leales a Dios se revestirán para siempre con el manto de la santidad y del gozo inmortales.(CBA)
Rafael Díaz
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