Aunque todo lo que Dios había hecho era perfectamente bello, y parecía que no faltaba nada en la tierra que Dios había creado para hacer felices a Adán y Eva, él les manifestó su gran amor plantando un jardín especialmente para ellos. Una porción de su tiempo debía ocuparse en la alegre tarea de cultivar el jardín, y otra en recibir la visita de los ángeles, escuchando su instrucción, y en feliz meditación. Su trabajo no era cansador, sino placentero y vigorizador. Este hermoso jardín habría de ser su hogar, su residencia especial.—Spiritual Gifts 3:34 (1864). {EUD 83.1}
¿Cuáles fueron las condiciones escogidas por el Padre infinito para su Hijo? Un hogar apartado en los collados de Galilea; una familia mantenida por el trabajo honrado y digno; una vida sencilla; la lucha diaria con las dificultades y penurias; la abnegación, la economía y el servicio paciente y alegre; las horas de estudio junto a su madre, con el rollo abierto de las Escrituras; la tranquilidad de la aurora o del crepúsculo en el verdeante valle; las santas actividades de la naturaleza; el estudio de la creación y la providencia, así como la comunión del alma con Dios: tales fueron las condiciones y las oportunidades que hubo en los primeros años de la vida de Jesús.—El Ministerio de Curación, 282-283 (1905). {EUD 83.2}
Salid de las ciudades tan pronto como sea posible, y adquirid una porción de tierra donde podáis tener un huerto, donde vuestros hijos puedan ver crecer las flores y aprender de ellas lecciones de sencillez y pureza.—Mensajes Selectos 2:409 (1903). {EUD 84.1}
Mi mensaje en este tiempo es: Salid de las ciudades. Tened la seguridad de que la instrucción para nuestro pueblo es de radicarse a kilómetros de distancia de las grandes ciudades. Una mirada al San Francisco de hoy hablaría a vuestras mentes inteligentes, mostrándoos la necesidad de salir de las ciudades […]. {EUD 84.2}
El Señor llama a su pueblo a establecerse lejos de las ciudades, porque en una hora como la que no pensamos, lloverán del cielo fuego y azufre sobre ellas. Su castigo será proporcional a sus pecados. Cuando una ciudad es destruida, que nuestro pueblo no considere este asunto como algo sin importancia, ni piense que pueden edificarse casas en esa misma ciudad, si se les ofrece una oportunidad favorable […]. {EUD 84.3}
Todos los que quieran comprender el significado de estas cosas, lean el capítulo 11 de Apocalipsis. Lean cada versículo, y entérense de las cosas que aún van a ocurrir en las ciudades. Lean también las escenas descritas en elcapítulo 18 del mismo libro.—Manuscript Releases, 1518 (10 de mayo de 1906). {EUD 84.4}
Los padres y las madres que poseen un pedazo de tierra y un hogar cómodo son reyes y reinas.—El hogar adventista, 125 (1894). {EUD 84.5}
Hay que trabajar en las ciudades desde puestos de avanzada
Como pueblo que guarda los mandamientos de Dios, debemos salir de las ciudades. Tal como lo hizo Enoc, debemos trabajar en las ciudades pero no vivir en ellas.—El Evangelismo, 61 (1899). {EUD 85.1}
Hay que trabajar en favor de las ciudades desde puestos de avanzada. El mensajero de Dios dijo: “¿No serán amonestadas las ciudades? Sí; pero no por el pueblo de Dios que viva en ellas, sino mediante sus visitas realizadas para advertirlas de lo que acontecerá sobre la tierra”.—Mensajes Selectos 2:410-411 (1902). {EUD 85.2}
Durante años me ha sido dada luz especial acerca de nuestro deber de no centralizar nuestra obra en las ciudades. El ruido y bullicio que las llenan, las condiciones que en ellas crean los sindicatos y las huelgas, impedirán nuestra obra.—Joyas de los Testimonios 3:115 (1902). {EUD 85.3}
Cuando la iniquidad abunda en una nación, siempre ha de escucharse una voz que dé la amonestación y la instrucción, como la voz de Lot fuera oída en Sodoma. Sin embargo, Lot pudo haber preservado a su familia de muchos males si él no hubiera hecho su hogar en esa ciudad malvada y corrompida. Todo lo que Lot y su familia hicieron en Sodoma podría haber sido hecho por ella, aun cuando hubieran vivido en un lugar a cierta distancia de la ciudad.—El Evangelismo, 61 (1903). {EUD 85.4}
Por ahora, algunos obreros estarán obligados a trabajar en Chicago; pero estos deberían estar preparando centros de trabajo en distritos rurales, desde los cuales trabajar la ciudad. El Señor desea que su pueblo se preocupe de ellos y adquiera propiedades humildes y baratas para convertirlas en centros para llevar a cabo su obra. De vez en cuándo encontrarán lugares más amplios que podrán adquirir a un costo sorprendentemente bajo.—El Evangelismo, 295 (1906). {EUD 85.5}
Ricas bendiciones en un ambiente natural
Volvemos a decir: “Fuera de las ciudades”. No consideréis que es una gran privación el tener que trasladares a los cerros y las montañas, sino buscad un retiro donde podáis estar solos con Dios, para aprender su voluntad y sus caminos […]. {EUD 85.6}
Insto a nuestro pueblo a que convierta la búsqueda de la espiritualidad en la obra de su vida. Cristo está a la puerta. Por esto digo a nuestro pueblo: “No consideréis que es una privación el ser llamados a dejar las ciudades para trasladaros al campo. Allí esperan abundantes bendiciones para los que deseen aprehenderlas. Al contemplar las escenas de la naturaleza, las obras del Creador, y al estudiar la obra de la mano de Dios, seréis transformados imperceptiblemente a la misma imagen”.—Mensajes Selectos 2:408 (1908). {EUD 86.1}
El desarrollo del carácter es más fácil en el campo
Los padres acuden con sus familias a las ciudades, porque se imaginan que allí es más fácil ganarse la vida que en el campo. Los hijos, no teniendo qué hacer cuando no están en la escuela, se educan en la calle. De las malas compañías adquieren hábitos de vicio y disipación.—Joyas de los Testimonios 2:74 (1882). {EUD 86.2}
Enviad a los hijos a escuelas ubicadas en la ciudad, donde toda clase de tentación aguarda para atraerlos y desmoralizarlos, y la obra de la edificación del carácter será diez veces más difícil tanto para los padres como para los hijos.—Fundamentals of Christian Education, 326 (1894). {EUD 86.3}
Las ciudades rebosan de tentaciones. Debemos planear nuestra obra de tal manera que mantengamos a nuestros jóvenes tan alejados como se pueda de esa contaminación.—El hogar adventista, 120 (1902). {EUD 86.4}
Es tiempo de que nuestro pueblo lleve a sus familias de las ciudades a localidades más apartadas, de lo contrario muchos de los jóvenes, y también muchos de los de más edad, serán entrampados y arrebatados por el enemigo.—Testimonies for the Church 8:101 (1904). {EUD 86.5}
Ni una familia en cien se beneficiará física, mental o espiritualmente por residir en la ciudad. La fe, la esperanza, el amor y la felicidad se adquieren con facilidad mucho mayor en los lugares retraídos, donde hay campos, colinas y árboles. Alejad a vuestros hijos de los espectáculos y ruidos de la ciudad, del traqueteo y bullicio de los tranvías y otros vehículos, y tendrán mentes más sanas. Resultará más fácil grabar en su corazón la verdad de la Palabra de Dios.—El hogar adventista, 121 (1894), 101 (1905). {EUD 86.6}
Mejor salud física en un ambiente rural
No es la voluntad de Dios que las familias de su pueblo se establezcan en las ciudades, donde hay perturbaciones y confusión constantes. Hay que evitar esto para sus hijos, porque todo el sistema está corrompido por el apresuramiento, la prisa y el ruido.—Mensajes Selectos 2:410 (1902). {EUD 87.1}
Si a muchos de los que viven en las ciudades y que no tienen ni un metro cuadrado de hierba que pisar, y que año tras año no han mirado más que patios sucios y estrechos callejones, paredes de ladrillo, y pavimentos, y un cielo nublado de polvo y humo, se les llevara a algún distrito rural, en medio de campos verdes, de bosques, collados y arroyos, bajo un cielo claro y con aire fresco y puro, casi les parecería estar en el paraíso.—El Ministerio de Curación, 144 (1905). {EUD 87.2}
El ambiente físico de las ciudades es muchas veces un peligro para la salud. La exposición constante al contagio, el aire viciado, el agua impura, el alimento adulterado, las viviendas oscuras, malsanas, y atestadas de seres humanos, son algunos de los muchos males con que se tropieza. No era el propósito de Dios que los hombres vivieran hacinados en las ciudades, amontonados en terrazas y viviendas.—El Ministerio de Curación, 282 (1905). {EUD 87.3}
Cultivad vuestras propias provisiones
El Señor quiere que las familias de su pueblo se trasladen al campo donde puedan establecer sus casas, y cultivar sus propias frutas y verduras, y donde sus hijos puedan estar en contacto directo con las obras de Dios manifestadas en la naturaleza. Llevad a vuestras familias lejos de las ciudades, es mi mensaje.—Mensajes Selectos 2:410 (1902). {EUD 87.4}
Una y otra vez el Señor ha instruido a los miembros de su pueblo a que saquen sus familias de las ciudades y las lleven al campo, donde puedan cultivar sus propias provisiones, porque en el futuro el problema de comprar y de vender será muy serio. Ahora deberíamos prestar atención a la instrucción que se nos ha dado vez tras vez: Salid de las ciudades e id a los distritos rurales, donde las casas no están apiñadas unas al lado de otras, y donde estaréis libres de la interferencia de los enemigos.—Mensajes Selectos 2:161 (1904). {EUD 87.5}
Estableced instituciones “cerca de las grandes ciudades”
Desígnense hombres juiciosos que no divulguen sus intenciones, sino que busquen tales propiedades en las zonas rurales, con fácil acceso a las ciudades, apropiadas para establecer pequeñas escuelas de preparación para los obreros, y donde también puedan proporcionarse facilidades para tratar a las personas enfermas y fatigadas que no conocen la verdad. Buscad esos lugares cerca de las ciudades, donde puedan conseguirse edificios apropiados ya sea como obsequio de sus dueños, o comprados a un precio razonable con fondos donados por nuestro pueblo. No construyáis edificios en las ruidosas ciudades.—El Evangelismo, 61 (1909). {EUD 88.1}
Cooranbong, Nueva Gales del Sur
¿Dónde será establecida nuestra Escuela Bíblica Australiana? […]. Si las escuelas fueran ubicadas en las ciudades o a pocos kilómetros de ellas, sería sumamente difícil contrarrestar la influencia de la educación previa que han recibido los estudiantes en cuanto a esos feriados y a las prácticas relacionadas con ellos, tales como carreras de caballos, apuestas y ofrecimiento de premios […]. {EUD 88.2}
Encontraremos que es necesario establecer nuestras escuelas fuera y lejos de las ciudades, y sin embargo no tan lejos como para que no se pueda mantener contacto con ellas y hacerles bien al permitir que la luz brille en medio de la oscuridad moral.—Fundamentals of Christian Education, 310, 313 (1894). {EUD 88.3}
Todo lo relacionado con el lugar me había impresionado favorablemente, excepto el hecho de que estábamos lejos de las grandes vías de tránsito, y por lo tanto no tendríamos la oportunidad de permitir que nuestra luz brillara en medio de la oscuridad moral que cubre nuestras grandes ciudades como un paño mortuorio. Esta pareciera ser la única objeción que acude a mi mente. Por otra parte, no sería aconsejable establecer nuestra escuela en ninguna de nuestras grandes ciudades.—Manuscript Releases 8:137 (1894). {EUD 88.4}
Estoy más convencida que nunca de que esta es la correcta ubicación para la escuela.—Manuscript Releases 8:360 (1894). {EUD 89.1}
Aquellos que están a cargo de la obra educativa en Graysville1 y Huntsville debieran ver qué puede hacerse por estas instituciones para establecer tales industrias, de manera que nuestra gente que desee dejar las ciudades pueda obtener casas modestas sin un gran desembolso de recursos, y también pueda encontrar empleo.—Carta 25, 1902. {EUD 89.2}
Fue por la providencia de Dios que se compró la granja de la Escuela de Huntsville. Está bien ubicada. Cerca de ella hay grandes viveros en los cuales algunos de los estudiantes han trabajado durante el verano para ganar dinero a fin de pagar sus gastos en la Escuela de Huntsville.—Special Testimonies, Series B 12:11 (1904). {EUD 89.3}
La granja de la Escuela de Huntsville es un lugar muy hermoso, y con sus trescientos y más acres de tierra,2debiera lograr mucho en materia de educación industrial y en el cultivo de cosechas.—Special Testimonies, Series B 12:13 (1904). {EUD 89.4}
Recientemente se me preguntó: “¿No sería bueno vender el terreno de la escuela en Huntsville y comprar un lugar más pequeño?” Se me dio la instrucción de que no debe venderse está granja, de que la ubicación posee muchas ventajas para llevar adelante una escuela para gente de color.—Spalding and Magan Collection, 359 (1904). {EUD 89.5}
Berrien Springs, Míchigan
Oigo que se ha pensado en ubicar la escuela en Berrien Springs, en el sudoeste de Míchigan. Estoy muy complacida con la descripción de este lugar […]. En un lugar como Berrien Springs la escuela puede convertirse en una lección objetiva, y espero que nadie se interponga para impedir que siga adelante esta obra.—Manuscript Releases 4:407, 12 de julio de 1901. {EUD 89.6}
La buena mano del Señor ha estado con nuestro pueblo en la selección de un lugar para la escuela. Este lugar corresponde con las descripciones que se me han dado en cuanto a dónde debiera ubicarse la escuela. Está lejos de las ciudades, hay abundancia de tierra para propósitos agrícolas y espacio para que las casas no necesiten construirse una junto a la otra. Hay abundancia de terreno donde los estudiantes pueden ser educados en el cultivo de la tierra.—The Review and Herald, 28 de enero de 1902. {EUD 90.1}
Al trasladar el colegio desde Battle Creek y establecerlo en Berrien Springs, los hermanos Magan y Sutherland han actuado en armonía con la luz que Dios dio. Han trabajado duramente bajo grandes dificultades […]. Dios ha estado con ellos. El ha aprobado sus esfuerzos.—Manuscript Releases 4:260-261 (1904). {EUD 90.2}
En su providencia, el Señor ha abierto el camino para que sus obreros den un paso adelante en New England, un campo donde debiera hacerse mucha obra especial. Los hermanos de ese lugar han podido hacer los arreglos para cambiar la ubicación del sanatorio desde South Lancaster a Melrose, un lugar mucho más cerca de Boston, y sin embargo suficientemente alejado de la ocupada ciudad como para que los pacientes puedan tener las condiciones más favorables para la recuperación de la salud. El traslado del Sanatorio de New England a un lugar tan accesible para la ciudad de Boston, está en la providencia de Dios. {EUD 90.3}
Cuando el Señor pone su mano para preparar el camino ante nosotros, no permita Dios que alguien dé un paso atrás, cuestionando la sabiduría de avanzar o negándose a alentar y ayudar. El traslado del Sanatorio de New England de South Lancaster a Melrose me ha sido presentado como dirigido por el Señor.—Special Testimonies, Series B 13:3 (1902). {EUD 90.4}
Takoma Park, Wáshington, D. C.
La ubicación que se ha conseguido para nuestra escuela y sanatorio es todo lo que podría desearse. El terreno se asemeja a lo que el Señor me ha mostrado. Se adapta bien al propósito para el cual deberá usarse. En él hay amplio espacio para una escuela y un sanatorio, sin que ninguna de las dos instituciones sufra por estar demasiado cerca de la otra. La atmósfera y el agua son puras. Un hermoso arroyo corre a través de nuestra propiedad, de norte a sur. Este arroyo es más valioso que oro o plata. Los lugares para los edificios están magníficamente ubicados, con un excelente drenaje. {EUD 91.1}
Cierto día realizamos un largo paseo por diversas partes de Takoma Park. Gran parte del municipio es un bosque natural. Las casas no son pequeñas ni están amontonadas, sino que son espaciosas y confortables. Están rodeadas de fértiles pinos, robles, arces y otros árboles hermosos de segunda generación. Los dueños de estas casas son mayormente comerciantes, muchos de ellos empleados en las oficinas del gobierno en Wáshington. Van a la ciudad diariamente y al atardecer regresan a sus tranquilos hogares. {EUD 91.2}
Se ha escogido una buena ubicación para la casa editora, a fácil distancia de la oficina de correo, y también se ha encontrado el lugar para una casa de reuniones. Parecería que Takoma Park hubiera sido preparada especialmente para nosotros y que ha estado esperando para que la ocupen nuestras instituciones y obreros.—The Signs of the Times, 15 de junio de 1904. {EUD 91.3}
El Señor me ha revelado este asunto en una forma que no deja lugar a dudas. La obra de publicaciones que se ha llevado a cabo en Battle Creek, por ahora debiera efectuarse cerca de Wáshington. Si después de un tiempo el Señor dice: Mudaos de Wáshington, tenemos que hacerlo.—The Review and Herald, 11 de agosto de 1903. {EUD 91.4}
Me sorprendí cuando, al hablar de la obra que deseaban hacer en el sur, hablaron de establecer una escuela en algún lugar bien distante de Nashville. Por la luz que se me ha dado, sabía que no sería correcto hacer tal cosa, y se los dije. La obra que estos hermanos [E. A. Sutherland y P. T. Magan] pueden hacer, debido a experiencia obtenida en Berrien Springs, debe llevarse a cabo dentro de un fácil acceso a Nashville, porque aun no se ha trabajado Nashville como se debería. Y para los obreros de la escuela será una gran bendición estar lo suficientemente cerca de Nashville como para tomar consejo de los obreros que estén allí. {EUD 91.5}
Al buscar un lugar para la escuela, los hermanos encontraron para la venta una granja de cuatrocientos acres, a unas nueve millas,3 de Nashville. El tamaño de la granja, su ubicación, su distancia de Nashville, y la suma moderada por la cual se la podría comprar, parecían indicar que este era el lugar preciso para la obra de la escuela. Aconsejamos que se comprara este lugar. Sabía que finalmente se necesitaría todo el terreno.—The Review and Herald, 18 de agosto de 1904. {EUD 92.1}
Mountain view, California
También se ha dado instrucción de que la Pacific Press debiera trasladarse de Oakland. La ciudad ha crecido con el transcurso de los años, y ahora es necesario establecer la planta impresora en un lugar más rural, donde se pueda conseguir terreno para las casas de los empleados. Aquellos que están relacionados con nuestras oficinas de publicación no debieran verse obligados a vivir en las ciudades congestionadas. Deberían tener la oportunidad de obtener casas en las que pudieran vivir sin requerir salarios elevados.—Fundamentals of Christian Education, 492 (1904). {EUD 92.2}
Mountain View es un pueblo que tiene muchas ventajas. Está rodeado de hermosos huertos. El clima es benigno y pueden cultivarse frutas y vegetales de todas clases. El pueblo no es grande, sin embargo tiene luz eléctrica, servicio de correos y muchas otras ventajas que generalmente solo se ven en las ciudades.—Carta 141, 1904. {EUD 92.3}
Algunos se han preguntado por qué nuestra oficina de publicaciones debiera trasladarse de Oakland a MountainView. Dios ha estado llamando a su pueblo a que abandone las ciudades. Los jóvenes que están vinculados con nuestras instituciones, no debieran estar expuestos a las tentaciones y a la corrupción que se encuentra en las grandes ciudades. Mountain View ha parecido ser una ubicación favorable para la planta impresora.—Country Living, 29 (1905). {EUD 92.4}
Agradecemos al Señor por el buen sanatorio que tenemos en Paradise Valley, a siete millas4 de San Diego; un sanatorio en Glendale, a ocho millas4 de Los Ángeles; un lugar grande y hermoso en Loma Linda, 62 millas4 al este de Los Ángeles, y cercano a Redlands, Riverside, San Bernardino. La propiedad de Loma Linda es uno de los sitios más hermosos para un sanatorio que jamás haya visto.—Loma Linda Messages, 141 (1905). {EUD 93.1}
Loma Linda es un lugar que el Señor ha designado especialmente como un centro para la preparación de médicos misioneros.—Carta 188, 1907. {EUD 93.2}
Aquí hay ventajas maravillosas para una escuela. La granja, el huerto, el campo de pastoreo, los grandes edificios, los terrenos amplios, la belleza: todo ello es una gran bendición.—Loma Linda Messages, 310 (1907).{EUD 93.3}
Este lugar, Loma Linda, tiene ventajas maravillosas, y si aquellos que están aquí aprovechan fielmente las ventajas para llegar a ser verdaderos médicos misioneros, dejarán que su luz brille sobre aquellos que están a su alrededor. Debemos buscar a Dios diariamente para que nos sea impartida su sabiduría.—Carta 374, 1907. {EUD 93.4}
Aquí tenemos ventajas ideales para una escuela y para un sanatorio. Aquí hay ventajas para los estudiantes y grandes ventajas para los pacientes. Se me ha instruido que aquí debiéramos tener una escuela, conducida sobre los principios de las antiguas escuelas de los profetas […]. Los médicos deben recibir su educación aquí.—Medical Ministry, 75-76 (1907). {EUD 93.5}
Tras haber mirado esta propiedad, la considero superior en muchos respectos. Esta escuela no podría estar ubicada en un lugar mejor. Está a ocho millas [13 km.] de Santa Helena, y se encuentra libre de las tentaciones de la ciudad […]. {EUD 94.1}
Con el tiempo tendrán que construirse más viviendas para los estudiantes, las que ellos mismos pueden levantar bajo la instrucción de profesores capaces. Puede prepararse madera para este trabajo directamente sobre el terreno, y se les puede enseñar a los estudiantes a construir de manera aceptable. {EUD 94.2}
No necesitamos temer de que beberemos agua impura porque aquí el agua nos es suplida gratuitamente de la tesorería del Señor. No sé cómo ser suficientemente agradecida por estas muchas ventajas […]. {EUD 94.3}
Comprendemos que el Señor sabía lo que necesitábamos y por eso su providencia nos trajo aquí […]. Dios nos quería aquí y nos ha colocado aquí. E staba segura de esto cuando llegué a estos terrenos […]. Creo que cuando caminéis a través de estos terrenos, llegaréis a la misma conclusión, que el Señor diseñó este lugar para nosotros.—Manuscript Releases 1:340-341, 343 (1909). {EUD 94.4}
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